La batalla de sabana larga


Las batallas de Sabana Larga



Esta Batalla fue Decisiva Para que los haitianos no pisaran territorio dominicano
Las batallas de Sabana Larga y Jácuba fueron decisivas para convencer a los invasores haitianos de que la República Dominicana no volvería a permitir ser invadida por la vecina nación. 

Las batallas de Sabana Larga y Jácuba, en el norte del país, fueron libradas por tropas dominicanas dirigidas por el general Juan Luís Franco Bidó, el día 24 de enero de 1856 en los lugares antes mencionados.

Las tropas dominicanas que estuvieron dirigidas por los comandantes Pedro Florentino y Lucas Peña, derrotaron aparatosamente al ejército invasor, considerándose estos enfrentamientos decisivos para convencer a los haitianos de que no lograrían ocupar de nuevo el territorio dominicano.

En su retirada, los haitianos encabezados por el emperador Faustino I (Soulouqueque), y quien estaba al mando de dos divisiones  con las que atacaba, son sorprendidos en su retaguardia por tropas dominicanas en la Sabana de Jácuba, completándose el triunfo. El General Fernando Valerio y el Coronel José Desiderio Valverde se distinguieron en la célebre jornada.

Después de conseguida esta victoria, quedaron definitivamente consolidados, y materializados, sin punto de retorno, los ideales del Patricio Juan Pablo Duarte.

A continuación presentamos el itinerario de esta memorable batalla:

Al atardecer del lunes 21 de enero, de 1856 el cuerpo del ejército haitiano del norte, bajo el mando del general Decayete, quien ocupó a Dajabón y pernotó en el cerro de Beller.

En la tarde del día siguiente, la división del general Prophete, avanza y pernocta bajo la lluvia en la sabana de Jácuba.

A las 6:00 p.m. del día 22 el ejército dominicano del norte, bajo el mando del general Juan Luis Franco Bidó, se desplaza en tres alas a lo largo del río Macabón.

A las 6:00 a.m., del día 24 el ala izquierda dominicana (Coroneles Hungría y Batista), ocupa el paso alto de Macabón.

La división haitiana del general Cayemite, hace retroceder nuestra ala izquierda, más allá del paso alto del Macabón.

El coronel Hungría, recibe refuerzos desde Sabana Larga; enviado por el general Franco Bidó, dirigido por Pepillo Salcedo, y guiado por Benito Monción.

El ala izquierda dominicana contraataca y derrota al enemigo hasta más allá del Río Guajabo, detrás de Dajabón.

A las 9:00 a.m. Prophete, ataca nuestro centro con el General Fernando Valerio en Sabana Larga y quien fue esperado por un cuadro integrado por infantería, artillería y caballería.

Nuestro centro hace retroceder el enemigo hasta el Cerro de la Plata, en donde se atrinchera y ofrece tenaz resistencia.

El ala derecha dominicana con el General Florentino y De Peña al frente, se mueve detrás de los cerros de Jácuba hasta Cayuco.

A la 1:00 de la tarde, Hungría y Batista, giran desde el Guajabo hacia el noroeste, y atacan por la retaguardia a Prophete, quebrando su resistencia en el Cerro de la Plata.

Florentino y De Peña, desciende a la sabana de Jácuba, atacando las fuerzas haitianas en retirada para encerrarlas y completar una maniobra de doble envolvimiento.

Fernando Valerio, al centro a la cabeza del tercio de caballería de Santiago, persigue al resto de los haitianos hasta el límite fronterizo del Río Masacre o Dajabón.

La batalla se inició en su primera fase a las 6:30 de la mañana y culminó con una rotunda victoria de las armas dominicanas a las 4:00 de la tarde.

Después de concluida la batalla se escuchaba decir a un condensado número de combatientes dominicanos lo siguiente:

No escuchar a los que cobardemente piensan intimidarnos esparciendo rumores alarmantes sobre la próxima invasión de los haitianos para reducirlos a un exterminio total, cuya empresa juzgaría el mundo entero poniéndola en paralela con el espíritu de civilización que reina todas partes y la generosidad con que nos hemos conducido eso nos ayudaría. Aún cuando así fuera, opongámosle una resistencia vigorosa, sirvan nuestros pechos de baluarte a los que osaren invadir nuestro territorio, hacemos la guerra y despojarnos de nuestro derecho, perezcan con gloria y honor a quienes la suerte fije su destino, y los demás aseguremos una patria que no teníamos para poder cantar un día himno a la libertad y a la República dominicana.