Llegada de los europeos y colonización
Llegada
de Colón a La Española, 5 de diciembre de 1492, recibido por los taínos.
Cristóbal Colón llegó
a la isla en su primer viaje el 5 de diciembre de 1492, dándole el nombre de La
Española. Creyendo que los europeos eran de alguna forma
sobrenatural, los taínos les dieron la bienvenida con todos los honores. Era
una sociedad totalmente distinta de la que venían los europeos. Guacanagarix, el jefe anfitrión que dio la
bienvenida a Cristóbal Colón y sus hombres, los trató con amabilidad y les dio
todo lo que deseaban. Sin embargo, el sistema igualitario de los taínos se enfrentó a
las estructuras del sistema feudalde los europeos. Esto
llevó a los europeos a creer que los taínos eran débiles, y comenzaron a tratar
a las tribus con más violencia. Colón intentó mitigar esto cuando él y sus
hombres se marcharon de Quisqueya, dejando a los taínos con una
buena primera impresión.
Colón había consolidado una
firme alianza con Guacanagarix, quien era un poderoso jefe de la isla. Después
del naufragio de la Santa María,
Colón decidió establecer una pequeña fortaleza con una guarnición de hombres
que podrían ayudarle a reivindicar esta posesión. El fuerte se llamó La Navidad, porque los acontecimientos del
naufragio y la fundación del fuerte ocurrieron el día de Navidad. La guarnición, a pesar de toda la
riqueza y belleza de la isla, fue sacudida por las divisiones que terminaron en
un conflicto entre estos primeros europeos. Los más rapaces comenzaron a
aterrorizar a los miembros de las tribus taínas, Ciguayo y Macorix hasta el
punto de intentar llevarse a sus mujeres.
Visto como débil por los
españoles e incluso por algunos de su propio pueblo, Guacanagarix intentó llegar
a un acuerdo con los españoles, quienes veían su sosiego como el de alguien
sometido. Lo trataron con desprecio y hasta tuvieron algunas de sus esposas. El
poderoso cacique de Maguana, Caonabo, no podía soportar las afrentas y
atacó a los europeos, destruyendo el fuerte La Navidad. Guacanagarix estaba
consternado por este giro de los acontecimientos, pero no hizo nada para
ayudar, probablemente esperando que los importunos extranjeros no regresaran.
Sin embargo, regresaron.
Cacicazgos
de La Española a la llegada de los españoles.
En 1493, Colón regresó a la
isla en su segundo viaje y fundó la primera colonia española en el Nuevo Mundo, la ciudad de La Isabela. En 1498, su hermano Bartolomé Colón estableció
el asentamiento Santo Domingo de Guzmán en
la costa sur, que se convirtió en la nueva capital. Se estima que los
400 000 taínos que vivían en la isla fueron esclavizados antes de trabajar
en las minas de oro. Como consecuencia de la opresión, el trabajo forzoso, el
hambre, las enfermedades y asesinatos en masa, se estima que para el 1508 ese
número se había reducido a alrededor de 50 000. En 1535, solo 6000 estaban
vivos.2
Durante este período, la
dirección española cambió de manos varias veces. Cuando Colón partió en otra
exploración, Francisco
de Bobadilla se convirtió en gobernador. Las acusaciones contra
Colón por parte de los colonos debido a su mala gestión se agregó a la
situación política tumultuosa. En 1502, Nicolás de Ovandosustituye
a Bobadilla como gobernador, con un ambicioso plan para ampliar la influencia
española en la región. Fue él quien tuvo un trato más brutal con la mayoría de
los taínos.
Un rebelde, Guarocuya, liderando un grupo de los que
habían huido a las montañas, atacaron a los españoles en varias ocasiones
durante catorce años. Finalmente, los españoles le ofrecieron un tratado de
paz. Además, le dieron a Enriquillo y sus seguidores su propia ciudad en 1534.
La ciudad no duró mucho, ya que, varios años después de su creación, una
rebelión de esclavos la quemó, matando a todos los que se encontraban dentro de
la misma.
Extinción taína y esclavitud africana
En
el 1511, Antonio de Montesinosdenunció
los abusos contra los indígenas.
En 1501, los monarcas
españoles, Fernando e Isabel,
concedieron el primer permiso a los colonizadores del Caribe para importar
esclavos africanos, los cuales comenzaron a llegar a la isla en 1503. Estos
africanos han ejercido la influencia racial más dominante, y su rica y antigua
cultura ha tenido la segunda influencia tras la europea sobre el carácter
cultural y político de la moderna República Dominicana. En 1510, la primera
gran expedición, que consistió en 250 negros ladinos, llegó a La Española
desde España. Ocho años más tarde esclavos de origen
africano llegaron a las Indias Occidentales.
La posesión española de la isla fue organizada en 1511 como la Real
Audiencia de Santo Domingo. La caña de azúcar fue
introducida a La Española desde las Islas Canarias, y el primer ingenio azucarero
en el Nuevo Mundo fue establecido en 1516, en La Española.3 La necesidad de una mano de obra para
satisfacer la creciente demanda del cultivo de la caña de azúcar condujo a un
exponencial aumento de la importación de esclavos en las dos décadas
siguientes. Los dueños de los molinos de azúcar pronto formaron una nueva élite
colonial, convencieron al rey de España para que pudieran elegir a los miembros
de la Real Audiencia de
entre sus filas. Los colonos más pobres subsistían de la caza y las manadas de
ganado salvaje que vagaban por toda la isla y de la venta de sus pieles.
La primera revuelta
importante de esclavos en América ocurrió en Santo Domingo en 1522, cuando
los musulmanes esclavizados de la
nación wolof encabezaron un levantamiento en la
plantación de azúcar del almirante don Diego Colón,
hijo de Cristóbal Colón. Muchos de estos insurgentes lograron escapar a las
montañas donde formaron comunidades cimarronas.
Si bien la caña de azúcar
aumentó enormemente los ingresos de España en la isla, un gran número de los
esclavos recién importados huyeron a las casi intransitables montañas en el
interior de la isla, uniéndose a las crecientes comunidades de cimarrones, literalmente,
"asilvestrados". En la década de 1530, las bandas cimarronas se
habían vuelto tan numerosas que en las zonas rurales, los españoles solo podían
viajar con seguridad fuera de sus plantaciones en grandes grupos armados. En la
década de 1540, el mar Caribe había
sido invadido por los piratas ingleses, franceses y holandeses. En 1541 España
autorizó la construcción de la muralla de Santo Domingo, y decidió restringir
los viajes por mar a los convoyes armados. Otra medida, la cual destruiría la
industria azucarera de La Española, fue que en 1561 La Habana, más estratégicamente ubicada en
relación con la corriente del Golfo,
fue seleccionada como el punto de concentración obligatorio de las flotas mercantes, las cuales tenían un
monopolio real sobre el comercio con las Américas. En 1564, las ciudades
principales del interior de la isla, Santiago de los
Caballeros y Concepción de La Vega,
fueron destruidas por un terremoto. En la década de 1560 también los ingleses
se sumaron a los franceses en los asaltos piratas habituales a los barcos
españoles.
Declive colonial
Con la conquista del
continente americano, La Española declinó rápidamente. La mayoría de los
colonos españoles abandonaron la isla por las minas de plata de México y Perú, mientras que los nuevos inmigrantes
españoles omitieron la isla. La agricultura disminuyó, las importaciones de
nuevos esclavos cesó, y los colonos blancos, negros libres y esclavos por igual
vivían en la pobreza, debilitándose la jerarquía racial y entremezclándose la
ayuda, dando lugar a una población predominantemente mixta entre españoles,
africanos, y taínos. A excepción de la ciudad de Santo Domingo, que logró
mantener algunas exportaciones legales, los puertos dominicanos fueron forzados
a confiar en el comercio de contrabando, que, junto con el ganado, se convirtió
en la única fuente de sustento para los habitantes de la isla. En 1586, Sir Francis Drake ocupó la ciudad de
Santo Domingo, cobrando un rescate por su retorno al dominio español.
En 1605, España,
descontenta de que Santo Domingo estaba facilitando el comercio entre sus otras
colonias y otras potencias europeas, ordenó al gobernador Antonio de Osorioatacar las vastas zonas de
las regiones norte y oeste de la colonia, forzando a sus habitantes a
reasentarse más cerca de la ciudad de Santo Domingo. Esta acción, conocida como devastaciones de
Osorio, resultaron desastrosas, más de la mitad de los colonos
reubicados murieron de hambre o enfermedad. Los bucaneros ingleses y franceses se
aprovecharon de la retirada de España en una esquina de La Española para
asentarse en la Isla de la Tortuga en
1629. Francia estableció un control directo en
1640, reorganizándola como una colonia oficial y ampliando la costa norte de la
isla, aunque esta no sería reconocida por España de manera oficial hasta la
firma del Tratado de
Aranjuezde 1777. En 1655, Oliver Cromwell despachó una flota,
comandada por el almirante Sir William Penn,
a la conquista de Santo Domingo. Después de encontrarse con una fuerte
resistencia comandada por el Conde de
Peñalva, Penn se retiró, tomando la isla de Jamaica en su lugar. En 1666 una sucesión
de epidemias de viruela, sarampión y disentería acabó con los últimos tainos y
numerosos africanos, dejando el país hundido en la miseria.
Colonización canaria
La Casa de Borbón sustituyó a la Casa de Habsburgo en España en 1700 e
introdujo reformas económicas que poco a poco comenzaron a reactivar el comercio
en Santo Domingo. La corona mitigó progresivamente los rígidos controles y
restricciones sobre el comercio entre España y las demás colonias. Las últimas
flotas navegaron en 1737; el sistema portuario monopólico fue abolido poco
después. A mediados del siglo, la población se vio reforzada por las medidas de
colonización dictadas por el rey Carlos III,
que impulsaron el incremento de la tradicional emigración desde las Islas Canarias, el reasentamiento de la parte norte
de la colonia y la plantación de tabaco en el Valle
del Cibao, y la importación de esclavos fue renovada. La población
de Santo Domingo siguió bajando al principio del siglo, de forma que en el
padrón realizado en 1737 apenas llegaba a los 6000 habitantes. A partir de ese
momento, una etapa de mejoría, llevo a que hubiera aproximadamente 125 000
en 1790. De esta cifra, unos 40 000 eran terratenientes blancos, unos
25 000 eran hombres libres de color negro o mulato, y unos 60 000
eran esclavos. Sin embargo, seguía siendo pobre y abandonada, sobre todo en
contraste con la parte occidental, del vecino francés de Saint-Domingue, que se convirtió en la colonia
más rica en el Nuevo Mundo y tenía cuatro veces y medio el número de
habitantes. Como las restricciones sobre el
comercio colonial se suavizaron, las elites coloniales de Saint-Domingue les
ofrecieron el mercado principal a los exportadores de carne, cueros, caoba, y
tabaco de Santo Domingo. Otro factor fueron los éxitos de los corsarios locales
durante las guerra.
Véase también: Era de Francia
Con el estallido de la Rebelión
de los esclavos contra los colonos franceses en 1791, los
rebeldes aprovecharon la guerra entre Francia y España y se refugiaron en la
parte española, se unieron a las milicias dominicanas las cuales estaban
constituidas por nativos de Santo Domingo, de donde viene el gentilicio
dominicano, porque en ese entonces nunca llegaron a Santo Domingo tropas de
España para enfrentar a los franceses. Toussaint Louverture dirigía a los
ex-esclavos de Francia en la parte española, pero luego éste fue reconquistado
por los franceses y traicionó a los dominicanos. En 1795, Francia obtuvo
el control de toda la isla en virtud del Tratado
de Basilea. En 1801, Louverture arribó a Santo Domingo, para dar rienda suelta a sus
intenciones de someter toda la isla bajo su yugo, incluso consagró en su
constitución que la isla era una e indivisible. Poco después, Napoleón envió un ejército que dominó a
los antiguos esclavos y la gobernó durante unos meses, pero la fiebre amarilla
diezmó a las tropas de Napoleón, lo que fue aprovechado por los negros que de
nuevo se levantaron en contra de estos franceses en octubre de 1802 y
finalmente los derrotaron en noviembre de 1803. El 1 de enero de 1804 los
vencedores declararon a Saint-Domingue como la república
independiente de Haití. Incluso después de su
derrota a manos de los haitianos, una pequeña guarnición francesa se mantuvo
en Santo Domingo.
A finales de febrero de 1805,
tras haberse coronado emperador, Jean-Jacques
Dessalines (Jacobo I de Haití) invadió, sus tropas avanzaron
por dos rutas, la una por el norte (Dajabón-Santiago-La Vega-Santo Domingo),
comandada por Henri Christophe,
y la otra por el sur (Hincha-San Juan-Azua-Baní-Santo Domingo), comandada por
Dessalines. En su avance por la ruta sur, el emperador haitiano halló que los
habitantes de San Juan y Baní habían evacuado sus ciudades para
protegerse, por lo que él consideró que la población autóctona no merecía su
clemencia. El 6 de marzo, al aproximarse a la ciudad capital, Dessalines ordenó
incendiar la villa de San
Carlos (ubicada en los extramuros de la capital) e inició
el asedio de la capital. El 25 de marzo
ordenó el exterminio total de
la población en su poder, efectuándose un traslado masivo a las grandes
ciudades haitianas para matarles en las plazas públicas mediante aplastamiento (por caballos y acémilas) y desmembramiento. Tres días más tarde, arribó a
Santo Domingo tres fragatas y dos bergantinesfranceses; Dessalines decidió la
retirada de sus tropas a Haití. En abril, Dessalines y Christophe junto a sus
tropas arrasaron Santiago, Moca,
Cotuí, La Vega, Azua, San
Juan, Baní, entre otras ciudades, y masacraron a los moradores de estas que no
habían huido a la Cordillera
Central, aniquilando a unas diez mil personas. Estas matanzas
sentaron la base de dos siglos de animadversión entre ambos países.8
Los franceses ocuparon la
parte oriental de la isla, hasta que fueron derrotados en la Batalla de Palo
Hincado el 7 de noviembre de 1808 por los habitantes nativos de
Santo Domingo, quienes tuvieron como líder al nativo de Cotuí Juan Sánchez Ramírez,
quien era un rico hacendado en su región,pero aportó toda esa riqueza para
defender la causa dominicana de preservar su nación que tenía tanto de España
como de África, quedando tanto él como su familia en una espantosa ruina
económica. La capitulación definitiva de los franceses en la asediada ciudad de
Santo Domingo se produjo el 9 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina Real Británica.
Primera Independencia (1821 - 1822)
Artículo
principal: Estado
Independiente de Haití Español
Las autoridades españolas
mostraron poco interés en su colonia restaurada, y el período siguiente se
recuerda como la España Boba. Las
grandes familias ganaderas como la del futuro terrateniente y presidente
dominicano Pedro Santana llegaron
a ser los líderes en el sureste, la "ley del machete" gobernó por un
tiempo. El ex-gobernador y teniente José Núñez de Cáceres declaró
la independencia de la colonia como el estado del Haití Español el
1 de diciembre de 1821, solicitando la admisión a la República de
la Gran Colombia, pero las fuerzas de Haití dirigidas por Jean-Pierre Boyer ocuparon el país nueve
semanas más tarde.
El 9 de febrero de 1822,
Boyer entró formalmente en la capital, Santo Domingo, donde fue recibido por
Núñez de Cáceres que le ofreció las llaves del palacio. Boyer rechazó la oferta
diciendo: "No he venido a esta ciudad como un conquistador sino por la
voluntad de sus habitantes".
Ocupación
haitiana (1822 - 1844)
Ocupación
haitiana de Santo Domingo
La ocupación haitiana de
veintidós años que siguieron se recuerda por los dominicanos como un período de
régimen militar brutal, aunque la realidad es más compleja. Se llevaron las
expropiaciones de tierras a gran escala y esfuerzos fallidos por obligar a la
producción de cultivos de exportación, imponer el servicio militar, restringir
el uso de la lengua española y eliminar las costumbres tradicionales, como
las peleas de gallos.
A los dominicanos se les reforzó la percepción de sí mismos como diferentes de
los haitianos en "idioma, raza, religión y costumbres nacionales". Sin embargo, Boyer fracasó en su
intento de abolir la esclavitud, tal como le sucedió a Toussaint porque ambos
desconocían la naturaleza del sistema esclavista que existía en Santo Domingo,
pues era una esclavitud patriarcal y doméstica. No obstante, igual que
Toussaint, Boyer estableció una especie de esclavitud contra blancos y mulatos.
La constitución de Haití
prohibió a los blancos ser propietarios de tierras, y las familias
terratenientes importantes fueron privadas a la fuerza de sus propiedades. La
mayoría emigró a las colonias españolas de Cuba y Puerto
Rico, o hacia la independiente Gran Colombia, por lo general con el
apoyo de funcionarios haitianos, quienes adquirieron sus tierras. Los
haitianos, quienes asociaban la Iglesia católica con
los amos franceses que los habían explotado antes de la independencia,
confiscaron todos los bienes de la iglesia, todos los clérigos extranjeros
deportados, y se cortaron los lazos con la clerecía restante en el Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la
más antigua en el Hemisferio Occidental, careciendo de estudiantes, profesores
y recursos, cerró. Para recibir el reconocimiento diplomático de Francia, Haití
se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de francos a los
antiguos colonos franceses, que se redujo posteriormente a 60 millones de
francos, y debido a esto, Haití impuso pesados impuestos sobre la parte
oriental de la isla. Dado que Haití no pudo suplir provisiones adecuadas para
su ejército, las fuerzas de ocupación sobrevivieron en gran medida apoderándose
o confiscando alimentos y suministros a punta de pistola.
Los intentos de redistribuir
la tierra en conflicto con el sistema de tenencia de la tierra comunal
(terrenos comuneros), que había surgido con la economía ganadera, y los nuevos
esclavos emancipados resentidos se ven obligados a producir cultivos
comerciales bajo el Código Rural de Boyer.10 En las zonas rurales, la
administración haitiana era por lo general demasiado ineficiente para hacer
cumplir sus propias leyes. Fue en la ciudad de Santo Domingo que los efectos de
la ocupación se sintieron con más fuerza, y fue allí donde el movimiento por la
independencia tuvo su origen.
Segunda Independencia y Primera República (1844 - 1861)
Independencia
de la República Dominicana
Primera
República (República Dominicana)
En 1838, Juan Pablo Duarte fundó una sociedad secreta llamada "La Trinitaria" para sacudir el yugo
haitiano que junto a sus multiple colaboradores lograrán independizar la parte
oriental de la isla. En 1843 se aliaron con un movimiento haitiano para
derrocar a Boyer. Debido a sus pensamientos revolucionarios y lucha por la independencia
dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles
Rivière-Hérard, exilió y encarceló a los principales trinitarios. Al
mismo tiempo, Buenaventura Báez,
un exportador de caoba azuano y diputado en
la Asamblea
Nacional de Haití, estaba negociando con el Consulado General de
Francia para el establecimiento de un protectorado francés. En una oportuna
insurrección para adelantarse a Báez, el 27 de febrero de 1844, los Trinitarios
declararon su Independencia
de la República Dominicana, con el apoyo de Pedro Santana, un rico ganadero de El Seibo quien comandó un ejército
privado de peones que trabajaban en sus tierras y que lucharon por la causa
revolucionaria formando así junto a voluntarios patriotas el ejercito
independentista dominicano.
Primera
República 1844 - 1861
La primera constitución de
la República Dominicana fue aprobada el 6 de noviembre de 1844. Se incluyó una
forma de gobierno presidencial con muchas tendencias liberales, pero se vio
empañada por el artículo 210, impuesta por Pedro Santana en la Asamblea
Constituyente por la fuerza, dándole los privilegios de una dictadura hasta que
la guerra de independencia terminara. Estos privilegios no solo le sirvieron
para ganar la guerra, sino también le permitió perseguir, ejecutar y conducir
al exilio a sus opositores políticos, entre los que se encontraron Juan Pablo
Duarte. Durante la primera década de independencia, Haití intentó varias
invasiones para reconquistar la parte oriental de la isla: en 1844, 1845, 1849,
1853 y 1855-1856. Aunque cada una fue malograda, Santana siempre utilizaba la
amenaza de la invasión haitiana como una justificación para la consolidación de
sus poderes dictatoriales. Para la élite dominicana —en su mayoría propietarios
de tierras, comerciantes y sacerdotes— la amenaza de la reconquista por el más
poblado Haití fue suficiente para buscar la anexión a un poder exterior.
Ofreciendo las aguas profundas del puerto de la bahía de Samaná como anzuelo,
en las próximas dos décadas, las negociaciones se hicieron con Gran Bretaña,
Francia, Estados Unidos y España para declarar un protectorado sobre el país.
Sin carreteras adecuadas, las
regiones de la República Dominicana se desarrollaron en forma aislada unas de
otras. En el sur, la economía estaba dominada por la ganadería (sobre todo en
el sureste de la sabana) y el corte de caoba y otras maderas duras para la
exportación. Esta región conservó un carácter semi-feudal, con poca agricultura
comercial, la hacienda como unidad
social dominante y la mayoría de la población vivía en un nivel de
subsistencia. En el Valle del Cibao, los más ricos campos agrícolas de la
nación, los campesinos complementaron sus cultivos de subsistencia con el
cultivo del tabaco para la exportación,
principalmente hacia Alemania. El tabaco
requería menos tierra que la ganadería y se cultivaba principalmente por
pequeños agricultores, quienes dependían de los comerciantes ambulantes para
transportar sus cosechas a Puerto Plata y Montecristi.
Santana enriqueciéndose a sí
mismo y a sus seguidores, recurrió a múltiples impresiones de dinero
inorgánico. En 1848, se vio obligado a dimitir, aunque alegó quebrantos de
salud, y fue sucedido por su vicepresidente, Manuel Jimenes. Después de volver a dirigir
las fuerzas dominicanas contra una nueva invasión haitiana en 1849, Santana
marchó hacia Santo Domingo, deponiendo a Jimenes. A petición de éste, el Congreso
eligió a Buenaventura Báez como
presidente, pero Báez no estaba dispuesto a servir de títere de Santana,
desafiando su papel como líder reconocido militar del país. En 1853, Santana
fue elegido presidente para su segundo mandato, lo que obligó a Báez a buscar
el exilio. Tres años más tarde, después de malograr la invasión haitiana por
última vez, negoció un tratado de arrendamiento de una porción de la península de Samaná con
una compañía estadounidense; la oposición popular lo obligó a abdicar, lo que
permitió que Báez regresara y tomara el poder. Con el tesoro nacional agotado,
Báez imprimió dieciocho millones de pesos para la compra de la cosecha de
tabaco de 1857 con esta moneda y exportándola por dinero en efectivo en
beneficio de sí mismo y sus seguidores. Los plantadores de tabaco cibaeños,
quienes se arruinaron cuando se produjo la inflación, se rebelaron, volviendo a
recurrir a Santana quien se encontraba en el exilio, para liderar la rebelión.
Después de un año de guerra civil, Santana tomó Santo Domingo y se instaló como
presidente. Cabe destacar que el periodo de la primera república se distinguió
por las pugnas y la inestabilidad política en el naciente país.
Anexión a España y restauración dominicana (1861 - 1865)
Artículo
principal: Ocupación
española de República Dominicana
Artículo
principal: Guerra de la
Restauración
Anexión
Pedro Santana heredó un
gobierno en bancarrota al borde del colapso. Habiendo fracasado en sus ofertas
iniciales para asegurar la anexión a los EE.UU. o Francia, Santana inició
negociaciones con la reina Isabel II de España y
el capitán general de
Cuba para volver la isla en una colonia española. La Guerra Civil
Estadounidense entregó a los Estados Unidos incapaces de hacer
valer la "Doctrina Monroe".
En España, el Primer Ministro don Leopoldo O'Donnell abogó
por renovar la expansión colonial, apoyó la idea anexionista llevando a cabo
una campaña en el norte de Marruecos, que conquistó la ciudad de Tetuán. En marzo de 1861, Santana anexó
oficialmente la República Dominicana a España.
Restauración
Esta medida fue rechazada
ampliamente y el 16 de agosto de 1863, se inició una guerra nacional
de restauración en Santiago,
donde los rebeldes establecieron un gobierno provisional. Las tropas españolas
volvieron a ocupar la ciudad, pero los rebeldes huyeron a las montañas a lo
largo de la mal definida frontera con Haití. El presidente haitiano, Fabre Geffrard proporcionó asilo y armas
a los rebeldes dominicanos, enviando un destacamento de sus guardias
presidenciales (los Tirailleurs) para luchar junto a ellos. Santana
inicialmente fue nombrado Capitán General de la nueva
provincia española, pero pronto se hizo evidente que las autoridades españolas
planeaban privarle de su poder, llevándolo a dimitir en 1862. Condenado a
muerte por el gobierno provisional, Santana murió en circunstancias misteriosas
en 1864, y se cree que se suicidó. Las restricciones sobre el comercio, la
discriminación contra la mayoría de mulatos, los rumores de que España tenía la
intención de volver a imponer la esclavitud, y una campaña impopular por el
nuevo arzobispo español contra uniones extramatrimoniales, se extendieron
después de décadas de abandono por parte de la Iglesia Católica, todos los
resentimientos alimentados de la dominación española. Limitados a las grandes
ciudades, el ejército español fue incapaz de derrotar la guerrilla o contener
la insurrección, y sufrió fuertes pérdidas debido a la fiebre amarilla. Las autoridades coloniales
españolas alentaron a la reina Isabel II a
abandonar la isla, ya que veían la ocupación como una pérdida sin sentido de
tropas y dinero.
Sin embargo, los rebeldes se
encontraban en un estado de desorden político, y fueron incapaces de presentar
un conjunto coherente de demandas. El primer presidente del gobierno
provisional, José Antonio Salcedo (aliado
con Báez) fue depuesto por el general Gaspar Polanco, en septiembre de 1864, que, a
su vez, fue depuesto por el general Antonio Pimentel tres
meses después. Los rebeldes formalizaron su gobierno provisional por parte de
la celebración de una convención nacional en febrero de 1865, que promulgó una
nueva constitución, pero el nuevo gobierno ejerció poca autoridad sobre
los caudillos guerrilleros de las distintas
regiones, que fueron en gran medida independientes unos de otros. Incapaz de
extraer concesiones de los rebeldes desorganizados, cuando la Guerra Civil
Estadounidense terminó en marzo de 1865, la reina Isabel II
anuló la anexión y la independencia fue restaurada, con las últimas tropas
españolas saliendo antes de julio.
Segunda
República (1865 - 1916)
Segunda
República (República Dominicana)
Por el momento los españoles
salieron, la mayoría de las principales ciudades en ruinas y la isla se dividió
entre varias decenas de caudillos. José María Cabral controlaba
la mayor parte de Barahona y
el suroeste con el apoyo de los socios exportadores de caoba de Báez, mientras
que el ganadero Cesáreo Guillermo reunió
a una coalición de ex generales "santanistas" en el sureste, y Gregorio Luperón controlaba
la costa norte. Desde la retirada española para 1879, hubo veintiún cambios de
gobierno y por lo menos cincuenta levantamientos militares.
En el curso de estos
conflictos, surgieron dos partidos.
"El Partido Rojo"
(conservador) representado por el ganadero del sur exportador de caoba, Buenaventura Báez,
quien continuó buscando la anexión por una potencia extranjera; y el
"Partido Azul" (progresista), dirigido por Gregorio Luperón,
representando a los agricultores de tabaco y comerciantes del Cibao y Puerto
Plata de tendencia nacionalista y liberal en su orientación. Durante estas
guerras, el reducido y corrupto ejército nacional fue superado en número por
las milicias organizadas y mantenidas por los caudillos locales quienes se
autoproclamaban gobernadores provinciales. Estas milicias fueron llenadas por
agricultores, peones o trabajadores de las plantaciones sin tierras inculcados
en el servicio militar quienes por lo general se dedicaban al bandolerismo
cuando no había ninguna revolución.
El
Presidente Báez, quien
estaba a favor de la anexión de República Dominicana a los Estados Unidos,
recibiendo los comisionados enviados por el congreso estadounidense en 1871.
Alrededor de un mes de la
victoria nacionalista, Cabral, cuyas tropas fueron las primeras en entrar en
Santo Domingo, derrocó a Pimentel, pero unas semanas después, el general
Guillermo encabezó una rebelión en apoyo a Báez, forzando a Cabral a dimitir y
permitir a Báez volver a tomar la presidencia en octubre. Báez fue derrocado
por los agricultores del Cibao bajo el mando de Luperón, líder del Partido
Azul, en la primavera siguiente, pero los aliados de Luperón se volvieron el
uno contra el otro y Cabral se reinstaló a sí mismo como presidente con un
golpe de Estado en 1867. Después de llevarse varios "azulistas" a su
gabinete los "rojos" se rebelaron, volviendo Báez al poder. En 1869,
Báez negoció un tratado
de anexión con los Estados Unidos. Con el apoyo del Secretario
de Estado de los Estados Unidos, William H. Seward, quien esperaba establecer
una Armada en
Samaná, en 1871 el tratado fue anulado en el Senado de los
Estados Unidos a través de los esfuerzos del senador
abolicionista Charles Sumner.
En 1874, el gobernador de
Puerto Plata y miembro del Partido Rojo Ignacio María
González Santín, organizó un golpe de Estado en apoyo de una
rebelión del Partido Azul, pero fue depuesto por los Azules dos años después.
En febrero de 1876, Ulises Espaillat, respaldado por Luperón, fue
nombrado presidente, pero diez meses más tarde las tropas leales a Báez lo
retornaron al poder. Después de un año una nueva rebelión le permitió a
González Santín tomar el poder, solo para ser depuesto por Cesáreo Guillermo en
septiembre de 1878, que a su vez fue derrocado por Luperón, en diciembre de
1879. Gobernando el país desde su ciudad natal Puerto Plata, disfrutando de un
auge económico debido a las exportaciones de tabaco hacia Alemania, Luperón
promulgó una nueva Constitución estableciendo un límite de dos años de mandato
presidencial mediante elecciones directas, suspendió el sistema semi-formal de
sobornos e inició la construcción del primer ferrocarril del país, que une la
ciudad de La Vega con el puerto de Sánchez en
la bahía de Samaná.
La Guerra de los Diez
Años en Cuba trajo plantadores de azúcar cubanos para el país
en busca de nuevas tierras y seguridad de la insurrección que liberó a sus
esclavos y destruyó sus propiedades. La mayoría se estableció en la llanura
costera del sureste, y, con la asistencia del gobierno de Luperón, construyeron
los primeros molinos de azúcar mecanizados de la nación. A ellos se unieron más
tarde los italianos, los alemanes, los puertorriqueños y los
estadounidenses en la formación del núcleo de la burguesía azucarera
dominicana, casarse y formar familias prominentes para consolidar su posición
social. Las interrupciones de la producción mundial causada por la Guerra de los Diez
Años, la Guerra Civil
Estadounidense y la Guerra
Franco-Prusiana permitió a la República Dominicana convertirse
en un importante exportador de azúcar. Durante las dos décadas siguientes, el
azúcar superó al tabaco como el principal producto de exportación, mientras que
los antiguos caseríos de pesca de San Pedro de Macorís y La Romana se
transformaron en prósperos puertos. Para satisfacer su necesidad de un mejor
transporte, más de 300 kilómetros de líneas privadas de ferrocarril fueron
construidos por y para servir a las plantaciones de azúcar en 1897. Una caída de los precios en 1884
llevó a la congelación salarial, y una posterior escasez de mano de obra fue
ocupada por inmigrantes trabajadores de la Islas de Sotavento,
las Islas Vírgenes, Saint Kitts y Nevis, Anguila y Antigua (referidos por los dominicanos
como "cocolos"). Estos negros de habla inglesa fueron
a menudo víctimas de racismo, pero muchos permanecieron en el país, encontrando
trabajo como estibadores y en
las construcciones de ferrocarriles y en las refinerías de azúcar.
Dictadura de Ulises Heureaux y
posterior bancarrota
Aliándose con los intereses
azucareros emergentes, la dictadura del general Ulises Heureaux, quien era conocido
popularmente como "Lilís", trajo una estabilidad sin
precedentes al país a través de un gobierno de mano dura que duró casi dos
décadas. Hijo de padre haitiano y madre sainthomasana, Lilís se
distinguió por ser el segundo presidente negro de los dominicanos, después de
Luperón. Se desempeñó como presidente en los periodos 1882-1883, 1887 y
1889-1899, ejerciendo el poder a través de una serie de presidentes títeres
cuando no ocupaba el cargo. La incorporación de los Rojos y
los Azules en su gobierno, desarrolló una extensa red de
espías e informantes para aplastar a la potencial oposición. Su gobierno emprendió
una serie de grandes proyectos de infraestructura, incluyendo la
electrificación de Santo Domingo, el comienzo del servicio telefónico y
telegráfico, la construcción de un puente sobre el río Ozama, y la realización de un ferrocarril
de vía única que uniendo a Santiago y Puerto Plata, financiado por la Westendorp
Co.con sede en Ámsterdam.
El
dictador Ulises Heureaux junto a miembros de su gobierno, c. 1893.
La dictadura de Lilís fue
dependiente de fuertes endeudamientos de bancos europeos y estadounidenses para
enriquecerse, estabilizar la deuda existente, fortalecer el sistema de soborno,
pagar por el ejército, financiación para el desarrollo de infraestructura y
ayudar a establecer fábricas de azúcar. Sin embargo, los precios del azúcar
experimentaron un fuerte descenso en las dos últimas décadas del siglo 19.
Cuando la Westendorp Co. se declaró en quiebra en 1893, se vio
obligado a hipotecar las tasas aduaneras de la nación, la
principal fuente de ingresos del gobierno, a una empresa financiera de Nueva York llamada San Domingo
Improvement Co. (SDIC), la cual se hizo cargo de su contrato del
ferrocarril y de las reclamaciones de sus tenedores de bonos europeos a cambio
de dos préstamos, uno de $1.2 millones y otro de £2 millones.18 A medida que la deuda pública crecía
se hizo imposible mantener su maquinaria política, Heureaux se basó en
préstamos secretos de la SDIC, plantadores de azúcar y comerciantes locales. En
1897, con su gobierno prácticamente en bancarrota, Lilís imprime
cinco millones de pesos inorgánicos, conocidos como "Las papeletas de Lilís",
arruinando la mayoría de los comerciantes dominicanos e inspirando una
conspiración que terminó en su asesinato. En 1899, cuando Lilís fue
asesinado por los comerciantes de tabaco del Cibao que habían estado pidiendo
un préstamo, la deuda nacional era más de $35 millones, quince veces el
presupuesto anual.
Los seis años posteriores a
la muerte de Lilís fueron testigos de cuatro revoluciones y
cinco presidentes diferentes. Los políticos del Cibao, que habían
conspirado contra Heureaux, Juan Isidro Jimenes,
el más rico plantador de tabaco del país, y el general Horacio Vásquez,
después de haber sido nombrados presidente y vice-presidente, cayeron
rápidamente debido a la división del botín entre sus partidarios en jimenistas y horacistas.
Las tropas leales a Vásquez derrocaron a Jimenes en 1903, pero Vásquez fue
depuesto por el general jimenista Alejandro Woss y Gil,
que tomó el poder por sí mismo. Los jimenistas derrocaron su gobierno, pero su
líder, Carlos Morales
Languasco, se negó a devolver el poder a Jimenes, aliándose con los
horacistas, lo que conllevó a una nueva revuelta por sus aliados jimenistas
traicionados.
Con la nación al borde de la
rebeldía, Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos enviaron buques de guerra a
Santo Domingo para presionar en reclamo de sus compatriotas. Con el fin de
anticiparse a la intervención militar, el presidente de estadounidense Theodore Roosevelt introdujo
el Corolario Roosevelt a
la Doctrina Monroe, declarando que Estados Unidos asumiría la
responsabilidad de garantizar que las naciones de América Latina cumplieran con sus
obligaciones financieras. En enero de 1905, en virtud de este corolario, los
Estados Unidos asumieron la administración de las aduanas de la República
Dominicana. Bajo los términos de este acuerdo, un Receiver General,
nombrado por el presidente de los EE.UU., mantuvo el 55 % del total de
ingresos para pagar a los demandantes extranjeros, mientras que remitió un
45 % al gobierno dominicano. Después de dos años, la deuda externa del
país se redujo de $40 millones a $17 millones. En 1907, este acuerdo se convirtió
en un tratado, transfiriendo el control de pagos de aduana a la Bureau
of Insular Affairs de los EE.UU. y concediendo un préstamo de $20
millones de un banco de Nueva York como abono para reclamaciones pendientes,
haciendo que los Estados Unidos sea el único acreedor extranjero de la
República Dominicana. En 1905, el peso Dominicano fue reemplazado por el dólar
de EE.UU.22
En 1906, Morales Languasco
renunció y el horacista y vice-presidente Ramón Cáceres se
convirtió en presidente. Después de suprimir una rebelión en el noroeste por el
general jimenista Desiderio Arias, su gobierno trajo estabilidad
política y crecimiento económico, con la ayuda de las nuevas inversiones
estadounidenses en la industria del azúcar. Sin embargo, su asesinato en 1911,
para el que Morales Languasco y Arias fueron indirectamente responsables, una
vez más sumió a la república en el caos. Durante dos meses, el poder ejecutivo
estaba en manos de una junta civil dominada por el jefe del ejército, el
general Alfredo Victoria. El superávit de más de 4 millones de pesos dejado por
Cáceres se gastó rápidamente para suprimir una serie de insurrecciones. Obligó al congreso a elegir a su
tío, Eladio Victoria,
como presidente, pero éste pronto fue sustituido por el Arzobispo Adolfo Alejandro
Nouel. Después de cuatro meses, Nouel renunció, y fue sucedido por
el horacista congresista José Bordas Valdez,
quien aliado con Arias y los jimenistas mantuvieron el poder. En 1913, Vásquez
regresó del exilio en Puerto Rico para llevar una nueva rebelión. En junio de
1914, el presidente estadounidense Woodrow Wilson emitió un ultimátum para
que las dos partes pongan fin a las hostilidades y acuerden un nuevo
presidente, o los Estados Unidos impondrían uno. Después de la presidencia
provisional de Ramón Báez, Jimenes
fue elegido en octubre, y pronto se enfrentó a las nuevas demandas, incluyendo
el nombramiento de un director estadounidense de obras públicas y asesor
financiero y a la creación de una nueva fuerza militar al mando de oficiales de
EE.UU.. El Congreso Nacional rechazó estas demandas y comenzó el proceso de
destitución contra Jimenes. Los Estados Unidos ocuparon Haití en julio de 1915,
con la amenaza implícita de que la República Dominicana podría ser la próxima.
El Ministro de Guerra de Jimenes, Desiderio Arias organizó un golpe de estado
en abril de 1916, proporcionando un pretexto para que los Estados Unidos
ocuparan la República Dominicana.
Primera ocupación estadounidense
(1916 - 1924)
Ocupación estadounidense de la República Dominicana
(1916-1924)
Ilustración
de los marines estadounidenses arribando a Santo Domingo, 1916.
La Infantería
de Marina de los Estados Unidos desembarcó en Santo Domingo el
15 de mayo de 1916. Antes de su llegada, Jimenes dimitió, negándose a ser
sometido por ningún extranjero. El 1 de junio, los marines ocuparon Montecristi
y Puerto Plata, y, después de una breve campaña, toman la fortaleza de Santiago a
principios de julio. El Congreso Nacional eligió al doctor Francisco
Henríquez y Carvajal como presidente, pero en noviembre,
después de que él se negó a satisfacer las demandas de EE.UU., Wilson anunció
la imposición de un gobierno militar estadounidense, con el contralmirante
Harry Shepard Knapp como Gobernador Militar. El gobierno militar estadounidense
implementó muchas de las reformas institucionales llevadas a cabo en los
Estados Unidos durante la Era Progresista (Progressive Era),
incluyendo la reorganización del sistema tributario, contabilidad y
administración, la expansión de la educación primaria, la creación de una
fuerza de policía nacional para unificar el país, y la construcción de un
sistema nacional de carreteras, incluida una carretera que uniría Santiago a
Santo Domingo.
A pesar de las reformas,
prácticamente todos los dominicanos resentían la pérdida de su soberanía a los
extranjeros, algunos de los cuales hablaban español o que mostraban verdadera
preocupación por el bienestar de la nación, y el gobierno militar, incapaz de
ganar el respaldo de cualquiera de los prominentes líderes políticos
dominicanos, impuso leyes estrictas y encarcelaba a los críticos de la
ocupación. En 1920, las autoridades de los EE.UU. promulgaron una Ley de
Registro de Tierras, la cual desarticuló los terrenos comuneros y miles de
campesinos desposeídos carecían de títulos formales sobre las tierras que
ocupaban, mientras legalizaban títulos falsos en poder de las compañías
azucareras. En el sureste, los campesinos desposeídos formaron bandas armadas,
llamados gavilleros, librando una guerra de guerrillas que se prolongó hasta la
duración de la ocupación, con la mayoría de los combates en Hato Mayor y El Seibo. En un momento dado, los marines
enfrentaron de ocho a doce gavilleros, cada uno compuesta de varios cientos de
seguidores. Los guerrilleros se beneficiaron de un conocimiento superior del
terreno y el apoyo de la población local, obligando a los marines a confiar en
los métodos de contrainsurgencia cada vez más brutales. Sin embargo, las
rivalidades entre los diversos gavilleros a menudo los llevó a pelear unos
contra otros, e incluso cooperar con las autoridades de ocupación. Además, los
cismas culturales entre los campesinos y los habitantes de la ciudad les
impidieron a la guerrilla cooperar con el movimiento nacionalista de la clase
media urbana. En el valle de San Juan, cerca de la frontera con Haití, los
seguidores de un curandero vudú llamado Liborio, resistieron a la ocupación y ayudaron
a los cacos haitianos en su guerra contra los estadounidenses, hasta su muerte
en 1922. El principal legado de la ocupación fue la creación de un Cuerpo
Nacional de Policía, utilizado por los infantes de marina para ayudar a
luchar contra las diferentes guerrillas, y más tarde el vehículo principal para
el ascenso de Rafael Leónidas
Trujillo.
En lo que se conoce como
"la danza de los millones", con la destrucción de las producciones
europeas de remolacha azucarera durante la Primera Guerra
Mundial, el precio de la azúcar llegó a su nivel más alto en la
historia, de 5.50 dólares en 1914 a $22.50 por libra en 1920. Las exportaciones
dominicanas de azúcar aumentaron de 122 642 toneladas en 1916 a
158 803 toneladas en 1920, ganando un récord de 45.3 millones de dólares.24 Sin embargo, la producción europea
de remolacha azucarera se recuperó rápidamente, lo que, junto con el
crecimiento de la producción mundial de caña de azúcar, saturó el mercado
mundial, haciendo que los precios cayeran en picada a solo 2.00 dólares a finales
de 1921. Esta crisis llevó a muchos de los plantadores de azúcar locales a la
quiebra, lo que permitió a grandes conglomerados de EE.UU. dominar la industria
azucarera. En 1926, solo veintiuna propiedades principales se mantuvieron,
ocupando unos 520 000 acres (2100 km²).
De estos, doce empresas de propiedad estadounidense eran dueñas de más del
81 % de la superficie total.25 Mientras que los plantadores
extranjeros que habían construido la industria azucarera integrada en la
sociedad dominicana, estas corporaciones expatriaron sus beneficios a los
Estados Unidos. Como los precios bajaron, las plantaciones de azúcar cada vez
más dependían de los trabajadores haitianos. Esto se vio facilitado por la
introducción de contrato de trabajo regulado por parte del gobierno militar, el
crecimiento de la producción de azúcar en el suroeste, cerca de la frontera con
Haití, y una serie de huelgas llevadas a cabo por los cocolos cortadores de
caña organizado por la "Universal Negro Improvement Association".
En las elecciones
presidenciales de 1920 en los Estados Unidos, el candidato republicano Warren Harding, criticó la ocupación y
prometió una eventual retirada de los EE.UU.. Mientras que Jimenes y Vásquez
solicitaban concesiones de los Estados Unidos, el colapso de los precios del
azúcar desacreditó el gobierno militar y dio lugar a una nueva organización
política nacionalista, la Unión Nacional
Dominicana, liderada por el Dr. Henríquez y Carvajal desde el exilio
en Santiago de Cuba,
el cual exigió la retirada incondicional. Formaron alianzas con los
nacionalistas frustrados en Puerto Rico y Cuba, así como con los críticos de la
ocupación en los propios Estados Unidos, más notablemente con The
Nation y la Haiti-San Domingo Independence Society. En
mayo de 1922, un abogado dominicano, Francisco
J. Peynado, fue a Washington y negoció lo que se conoce
como el Plan Hughes-Peynado.
Se estipuló el establecimiento inmediato de un gobierno provisional en espera
de las elecciones, la aprobación de todas las leyes promulgadas por el gobierno
militar de EE.UU., y la continuación del tratado de 1907 hasta que todas las
deudas externas de la República Dominicana hubieran sido saldadas. El 1 de
octubre, Juan Bautista
Vicini Burgos, el hijo de un rico inmigrante italiano plantador de
azúcar, fue nombrado presidente provisional, y comenzó el proceso de retirada
de los EE.UU..
Tercera República
(1924 - 1965)
Tercera
República (República Dominicana)
Gobierno de Horacio Vásquez
La ocupación estadounidense
terminó en 1924, con un gobierno elegido democráticamente bajo la presidencia
de Horacio Vásquez.
En un esfuerzo por conservar el poder de sus seguidores, en 1927, Vásquez
extendió su mandato de cuatro a seis años. Había una base jurídica discutible
para el cambio, el cual fue aprobado por el Congreso, pero su efectiva
promulgación invalidaba la constitución de 1924 que Vásquez había jurado
defender. La Gran Depresión redujo
los precios del azúcar a menos de $1 por libra. Las elecciones estaban
previstas para mayo de 1930, pero de la forma que Vásquez había extendido su
periodo presidencial creó suspicacias sobre la imparcialidad de las elecciones.
En febrero, fue proclamada una revolución en Santiago por un abogado
llamado Rafael Estrella Ureña.
Cuando el comandante de la Guardia Nacional Dominicana (la actual Policía
Nacionalcreada bajo la ocupación), Rafael Leónidas
Trujillo, ordenó a sus tropas a permanecer en sus cuarteles, el
enfermo y envejeciente Vásquez se vio obligado a exiliarse y a proclamar a
Estrella presidente provisional. En mayo, Trujillo fue elegido con el 95 %
de los votos, habiendo utilizado al ejército para acosar e intimidar al
personal electoral y a sus posibles opositores. Después de su toma de posesión
en agosto, a petición suya, el Congreso Dominicano proclamó el comienzo de la
"Era de Trujillo".
La "Era de Trujillo" (1930-1961)
Rafael Leónidas Trujillo
estableció el control político absoluto con severa represión de los derechos
humanos nacionales, mientras que fomentaba el desarrollo
económico (del que sobre todo él y sus partidarios se beneficiaron). Trujillo
utilizó su partido político, el Partido Dominicano,
como un sello gomígrafo de sus decisiones. La verdadera fuente de su poder fue
la Guardia Nacional, la institución más grande, mejor armada, y la más
centralmente controlada que cualquier fuerza militar en la historia de la
nación. Al disolver las milicias regionales, eliminar los infantes de marina
(la principal fuente de potencial oposición), convirtiendo la Guardia Nacional
en un virtual monopolio del poder.27 El régimen de Trujillo se preocupó
por expandir la Guardia Nacional como una de las mayores fuerzas militares de
América Latina, por 1940, el gasto militar dominicano fue del 21 % del
presupuesto nacional. Al mismo tiempo, desarrolló un
elaborado sistema de agencias de espionaje. A finales de 1950, hubo al menos
siete categorías de agencias de inteligencia, espiándose una con otra, así como
al pueblo. Todos los ciudadanos eran obligados a llevar tarjetas de
identificación y los pases de buena conducta de la policía secreta. Obsesionado
con la adulación, Trujillo promovió un culto a su extravagante personalidad.
Cuando un huracán azotó Santo Domingo en 1930, matando a más de 3000 personas,
Trujillo reconstruyó la ciudad y la bautizó como "Ciudad Trujillo",
además cambió el nombre de la montaña más alta del país y del Caribe, el Pico Duarte por "Pico
Trujillo". Más de 1800 estatuas de Trujillo fueron construidas, y todos
los proyectos de obras públicas requerían tener una placa con la inscripción
"Era de Trujillo, Benefactor de la Patria".
Como las fincas azucareras se
dirigieron a Haití para contratar trabajadores migrantes estacionarios,
incrementando el asentamiento en la República Dominicana de manera permanente,
el censo de 1920, llevado a cabo por el gobierno estadounidense de ocupación,
dio un total de 28 258 haitianos viviendo en el país; para 1935 hubo
52 657 haitianos.
En 1937, Trujillo ordenó la
masacre de 17 000 a 35 000 haitianos, alegando que los exiliados
haitianos en República Dominicana estaban conspirando para derrocar su régimen
(aunque se le atribuye la ley del ojo por ojo, tratando de cobrarse las
masacres hechas por Haití al país en épocas anteriores). Este evento más tarde
se conoció como "El Corte".La masacre fue recibida con críticas
internacionales. El asesinato fue el resultado de una nueva política de
Trujillo llamada "dominicanización de la frontera". Los nombres de
lugares a lo largo de la frontera fueron cambiados de creole y francés al español, la práctica del vudú fue declarada ilegal, se impusieron
cuotas sobre el porcentaje de trabajadores extranjeros que las empresas podían
contratar, y se aprobó una ley que impedía a los trabajadores haitianos
permanecer en el país después de la cosecha de azúcar.
Rafael
L. Trujillo da la bienvenida al presidente de Haití, Paul Magloire (izquierda)
en Ciudad Trujillo (Santo Domingo) en febrero de 1951.
Aunque Trujillo trató de
emular al Generalísimo Francisco Franco, dio la bienvenida a los
refugiados republicanos
españoles tras la Guerra Civil Española.
Durante el Holocausto en
la Segunda Guerra
Mundial, la República Dominicana dio asilo en muchos judíos que escapaban de Hitler que habían sido rechazados por
otros países. Estas decisiones surgieron de una política de blanquismo,
estrechamente relacionada con la xenofobia anti-haitiana, que trataba de
agregar más blancos a la población dominicana mediante el fomento de la
inmigración procedente de Europa. En el marco de la Política de
buena vecindad, en 1940, el Departamento
de Estado de los Estados Unidos firmó un tratado con Trujillo
renunciando al control de aduanas de la nación. Cuando los japoneses
atacaron Pearl Harbor,
Trujillo siguió los pasos de los Estados Unidos declararándole la guerra a
las Potencias del Eje,
a pesar de que había profesado abiertamente su admiración por Hitler y Mussolini. Durante la Guerra Fría, Trujillo mantuvo lazos estrechos
con los Estados Unidos, declarándose a sí mismo como el "anticomunista
número uno" del mundo y convirtiéndose en el primer presidente de América
Latina en firmar un Convenio de Asistencia de Mutua Defensa con
los Estados Unidos.
Trujillo y su familia
establecieron un cuasi-monopolio sobre la economía nacional. En el momento de
su muerte, había acumulado una fortuna de alrededor de $800 millones, él y su
familia poseían un 50-60 por ciento de las tierras cultivables, alrededor de
700 000 acres (2800 km²), y las empresas de propiedad de Trujillo el
80 % de la actividad comercial en la capital.32 Explotó el sentimiento nacionalista
para comprar la mayoría de las plantaciones de azúcar de la nación y refinerías
de las corporaciones de EE.UU.; operó un monopolio en el comercio de sal, arroz,
leche, cemento, tabaco, café, y las aseguradoras; se apropió de dos grandes
bancos, varios hoteles, de las instalaciones portuarias, la línea aérea y una
línea de transporte marítimo; descontó el 10 % de los sueldos de todos los
empleados públicos (supuestamente para su partido), y recibió una porción de
los ingresos de la prostitución. La Segunda Guerra
Mundial trajo una mayor demanda de las exportaciones
dominicanas, y la década de 1940 y principios de 1950 fueron testigo de un
crecimiento económico y de una expansión considerable de la infraestructura
nacional. Durante este período, la capital pasó de ser solo un centro
administrativo para el centro nacional de transporte marítimo y la industria,
aunque era pura "coincidencia" que por las nuevas carreteras a menudo
se llevaban las plantaciones y las fábricas de Trujillo, y los nuevos puertos
beneficiaban el envío de exportación de las empresas de Trujillo.
La mala administración y la
corrupción dieron lugar a grandes problemas económicos. A finales de la década
de 1950, la economía se estaba deteriorando a causa de una combinación de
exceso de gastos en un festival para celebrar el 25 aniversario del régimen, un
gasto excesivo para la compra de molinos de azúcar y plantas de electricidad
privadas, y una decisión de hacer una gran inversión en la producción de azúcar
estatal resultó económicamente un fracaso. En 1956, los agentes de Trujillo en
Nueva York mataron a Jesús Galíndez,
un exiliado vasco que había trabajado para Trujillo,
pero que más tarde denunció el régimen de Trujillo y lo había puesto en la
opinión pública en los Estados Unidos. En agosto de 1960, la Organización
de Estados Americanos (OEA) impuso sanciones diplomáticas
contra la República Dominicana como resultado de la complicidad de Trujillo en
un intento
de asesinar al presidente venezolano Rómulo Betancourt.
Ante el temor de que el país
se podría unir en contra de Trujillo y ser sustituido por los comunistas,
la CIA ayudó a un grupo de disidentes
dominicanos para asesinar a Trujillo en una persecución automovilística camino
a su casa de campo cerca de San
Cristóbal el 30 de mayo de 1961.
Las sanciones se mantuvieron
en vigor después del asesinato de Trujillo. Su hijo Ramfis asumió el control de facto, pero
fue depuesto por sus dos tíos, después de una disputa sobre la posible
liberalización del régimen. En noviembre de 1961 surge el levantamiento militar
de la "Rebelión de los
Pilotos" y la familia Trujillo se vio obligada a exiliarse,
huyendo a Francia, y el hasta ese momento presidente títere Joaquín Balaguer asumió
el poder definitivo.
La inestabilidad post-dictadura
(1962-1964) y segunda ocupación estadounidense (1965)
Ante la insistencia de
los Estados Unidos, Balaguer se vio obligado a
compartir el poder con un Consejo de Estado conformado por siete miembros,
establecido el 1 de enero de 1962, e incluyendo moderados miembros de la
oposición. Las sanciones de la OEA se levantaron el 4 de
enero, y, después de un intento de golpe de Estado, Balaguer,
renunció y se marchó al exilio el 16 de enero. El reorganizado Consejo
de Estado, bajo la presidencia de Rafael Filiberto
Bonnelly encabezó el gobierno dominicano hasta que pudieran
celebrarse elecciones. Estas elecciones, en diciembre de 1962, fueron ganadas
por Juan Bosch, un erudito y cuentista que había
fundado en el exilio al opositor Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), durante los años de Trujillo.
Sus políticas de izquierda, incluyendo la redistribución de tierras, la
nacionalización de determinada participación extranjera, y los intentos llevar
a los militares bajo el control civil, irritó a los oficiales militares, la
jerarquía católica, y a la clase alta, que temían "otra Cuba". En
septiembre de 1963, Bosch fue derrocado por un golpe militar
de derecha encabezado por el coronel Elías Wessin y Wessin y
fue reemplazado por una junta militar de tres hombres. Bosch fue
al exilio en Puerto Rico.
Más tarde, un triunvirato
civil estableció supuestamente una dictadura de facto hasta el 16 de abril de
1965, cuando la creciente insatisfacción generó otra rebelión militar el
24 de abril de 1965 que exigía la restauración de Bosch. Los
insurgentes, oficiales reformistas civiles y combatientes leales a Bosch al
mando del coronel Francisco Alberto
Caamaño, y que se hacían llamar los constitucionalistas,
efectuaron un golpe de estado, tomando el palacio nacional. Inmediatamente, las
fuerzas militares conservadoras, encabezadas por Wessin y Wessin y
quienes se hacían llamar leales, respondieron con ataques de
tanques y bombardeos aéreos contra Santo Domingo.
El 28 de abril de 1965, los
militares del ejército anti-Boschistas solicitaron la intervención militar de
EE.UU. y las fuerzas de EE.UU. desembarcaron, ostensiblemente para proteger a
los ciudadanos estadounidenses y evacuar a otros ciudadanos extranjeros. En lo
que fue inicialmente conocido como Operation Power Pack, 23,000
tropas estadounidenses fueron enviadas a la República Dominicana.
Denegando la victoria
militar, los rebeldes constitucionalistas rápidamente formaron un Congreso
constitucionalista eligiendo a Caamaño presidente del país. Los Funcionarios
estadounidenses se opusieron y apoyaron general Antonio Imbert
Barrera. El 7 de mayo, Imbert Barrera fue juramentado como
presidente del llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional. El siguiente paso
en el proceso de estabilización, según lo previsto por Washington y la OEA, fue
arreglar un acuerdo entre el presidente Caamaño, y el presidente Imbert Barrera
para formar un gobierno provisional comprometido a elecciones anticipadas. Sin
embargo, Caamaño se negó a reunirse con Imbert hasta que varios de los
oficiales leales, incluyendo Wessin y Wessin, se hicieron para salir del país.
El 13 de mayo el general
Imbert comenzó la Operación LIMPIEZA y sus fuerzas tuvieron éxito en la
eliminación de focos de resistencia rebelde fuera de Ciudad Nueva y en censurar
a Radio Santo Domingo. La Operación LIMPIEZA terminó el 21 de mayo.
El 14 de mayo los
estadounidenses establecieron un "corredor de seguridad" que
conectaba la Base Aérea de San Isidro y el Puente Duarte con el Hotel Embajador
y la Embajada de Estados Unidos en el centro de Santo Domingo, tuvo
esencialmente acordonado a la zona constitucionalista de Santo Domingo. Las carreteras
fueron bloqueadas y las patrullas corrían continuamente. Unos 6.500 personas de
muchas naciones fueron evacuadas a un lugar seguro. Además, las fuerzas de
EE.UU. lanzaban por aire grandes suministros de socorro para los nacionales
dominicanos.
A mediados de mayo, la
mayoría de la OEA votó por la Operación PUSH AHEAD, la reducción de las fuerzas
de Estados Unidos y su sustitución por una Fuerza Interamericana de Paz (IAPF).
La Fuerza Interamericana de Paz (IAPF) se constituyó formalmente el 23 de mayo.
Las siguientes tropas fueron enviadas por cada país: Brasil - 1130, Honduras -
250, Paraguay - 184, Nicaragua - 160, Costa Rica - 21 policías militares, y El
Salvador - 3 oficiales de Estado Mayor. El primer contingente en llegar fue
una compañía de
fusileros de Honduras que pronto fueron respaldados por destacamentos de Costa Rica, El Salvador
y Nicaragua. Brasil presentó la mayor unidad, un batallón blindado de
infantería. El general brasileño Hugo Alvim asumió el mando de las fuerzas
terrestres de la OEA, y el 26 de mayo las fuerzas de EE.UU. comenzaron a
retirarse.
La lucha continuó el 31 de
agosto de 1965, cuando se declaró una tregua. La mayoría de las tropas
estadounidenses se marcharon poco después y la vigilancia y las operaciones de
paz fueron entregados a las tropas brasileñas, pero un remanente de los
militares de EE.UU. se mantuvo hasta septiembre de 1966. Un total de 44
soldados estadounidenses murieron, 27 en acción. 172 resultaron heridos en
acción. Se estima que entre 6.000 y 10.000 dominicanos murieron, la mayoría
civiles.
Frente a las amenazas y los
ataques en curso, incluyendo un ataque particularmente violento en el Hotel
Matum en Santiago de los Caballeros, Caamaño aceptó
un acuerdo impuesto por el gobierno de EE.UU.. El Presidente Provisional
dominicano, García Godoy, envió
al coronel Caamaño como Agregado Militar de la Embajada Dominicana en el Reino
Unido.
Cuarta
República (1966 - actualidad)
Los doce años de Balaguer (1966 - 1978)
En junio de 1966, Joaquín Balaguer,
líder del Partido Reformista (que más tarde se convirtió en el Partido
Reformista Social Cristiano (PRSC), fue elegido y reelegido
para el cargo en mayo de 1970 y mayo de 1974, en ambas ocasiones después de que
los principales partidos de oposición se retiraran a finales de la campaña por
el alto grado de violencia de los grupos pro-gubernamentales. El 28 de
noviembre de 1966 se creó una nueva constitución, firmada y puesta en uso. La
constitución indicaba que un presidente debía ser elegido para un mandato de
cuatro años. Si había una elección cerrada, habría una segunda vuelta de votación
para decidir el ganador. La edad de votar era de dieciocho años, pero las
personas casadas menores de dieciocho años también podían votar. Balaguer llevó
a la República Dominicana a través de una profunda reestructuración económica,
basada en la apertura del país a la inversión extranjera, mientras protegía las
industrias de propiedad estatal y de determinados intereses privados. La mayor
parte de los primeros nueve años de Balaguer en la presidencia del país
experimentaron altas tasas de crecimiento (por ejemplo, una tasa media de
crecimiento del PIB del 9.4 por ciento entre 1970 y
1975), mientras que la gente se refería a este suceso como el "milagro
dominicano". El exterior, sobre todo la inversión de estadounidense, así
como la ayuda extranjera, fluían en el país; el azúcar, para entonces, el
producto principal de exportación del país, gozaba de buenos precios en el
mercado internacional y el turismo creció enormemente.
Sin embargo, este excelente
desempeño macroeconómico no fue acompañado por una distribución equitativa de
la riqueza. Mientras un grupo de nuevos millonarios florecía durante las
administraciones de Balaguer, los pobres simplemente se convirtieron en más
pobres. Es más, los pobres eran generalmente el blanco de represión estatal, y
sus reivindicaciones socioeconómicas fueron etiquetadas como
"comunistas" y tratados en consecuencia por el aparato de seguridad
del Estado.35 En las elecciones de mayo de 1978,
Balaguer fue derrotado en su candidatura para un cuarto periodo consecutivo
por Antonio Guzmán,
del PRD. Posteriormente, Balaguer ordenó a las tropas asaltar la Junta
Electoral y destruir las urnas, declarándose el mismo vencedor. El presidente
estadounidense Jimmy Carter y
la comunidad internacional se negó a reconocer la supuesta "victoria"
de Balaguer, y, frente a la negación de ayuda por parte del exterior, Balaguer
tuvo que admitir la derrota.
Gobiernos de Antonio Guzmán (1978-1982),
Salvador Jorge Blanco (1982-1986), y Regreso de Balaguer a la presidencia
(1986-1996)
Antonio Guzmán inauguró su
gobierno el 16 de agosto, teniendo el país la primera transferencia del poder
pacífica de un presidente elegido libremente a otro. A finales de los 1970s, la expansión económica, aunque en un
principio continuó con su determinado ritmo, sin embargo en cierto momento
desaceleró considerablemente a medida que los precios del azúcar se redujeron y
aumentaron los precios del petróleo. Con la inflación y el desempleo creciendo,
esto desencadenó una ola de emigración masiva desde la República Dominicana
hacia Estados Unidos y Europa.
Las elecciones se celebraron
de nuevo en 1982. Salvador Jorge Blanco,
del Partido
Revolucionario Dominicano derrotó a Bosch y el posible
resurgimiento de Balaguer. Jorge Blanco emprendió ciertas reformas sociales y
económicas; sin embargo, al producirse una presión fiscal financiera
internacional sobre el país, se abrió la puerta a una terrible crisis económica
y financiera que puso a la nación en alarmante punto de inflación. Durante este
periodo se produjo una serie de levantamientos
sociales que dio al traste con la popularidad del PRD en el
país y regresando así Balaguer al poder representando al Partido Reformista en
1986 donde se mantuvo en el cargo durante los próximos diez años. Las
elecciones de 1990 estuvieron marcadas por la violencia y la sospecha de fraude electoral. Las elecciones de 1994
también se caracterizaron por una violencia generalizada durante la campaña, a
menudo dirigida a intimidar a los miembros de la oposición. Balaguer ganó en
1994, pero la mayoría de los observadores dedujeron que las elecciones habían
sido arregladas. Bajo la presión de los Estados Unidos, Balaguer acordó
celebrar nuevas elecciones en 1996. Él mismo no iría.
Quiebra
bancaria y crisis económica, gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004)
En mayo de 2000, Hipólito Mejía del
centro-izquierda "PRD" fue elegido presidente en medio de un
descontento popular por los cortes de energía y la reciente privatización del
sector eléctrico. Desde el 1986 no había sido gobierno este partido. El
presidente Fernández, en su mandato, firmó los Juegos Panamericanos e Hipólito
Mejía llevó a cabo los Juegos Panamericanos del 2003 en el 2003, para lo cual
tuvo que construir villas olímpicas, y muchas instalaciones deportivas. A todo
lo largo y ancho del país en cada comunidad se construyó un centro
polideportivo, como un medio para la juventud y salud de la ciudadanía. El
presidente Mejía incentivó la agricultura, y reavivó el campo. En este período
hubo un fraude bancario de la entidad financiera BANINTER, uno de los bancos
principales, que tenía problemas desde años anteriores, como también el
BANCRÉDITO, y el presidente Mejía devolvió a los ahorrantes parte de su dinero
para así evitar una crisis tal como el "corralito" de Argentina, y evitar que
todos los ahorrantes sacaran el dinero de todos los bancos y se produjera una
desestabilidad económica mayor. Su presidencia vio mayor inflación e
inestabilidad del peso. Durante su
tiempo como presidente, la unidad relativamente estable de la moneda cayó de 16
pesos dominicanos por 1 dólar estadounidense a
60 pesos por cada dólar estadounidense, dejándolo a 42 pesos por un dólar
cuando salió del poder.36373839 En su gobierno, la República
Dominicana participó en la coalición liderada por Estados Unidos en Irak,
como parte de la "Brigada Hispanoamericana" dirigida por España durante la Guerra de Irak. Pero en 2004, el país retiró a
sus aproximadamente 300 soldados de Irak. En mayo de 2004, Mejía fue derrotado
por el expresidente Leonel Fernández en las elecciones presidenciales.
Segundo
y Tercer mandato de Fernández (2004-2008, 2008-2012) y ascenso de Danilo
Medina, predominio del PLD (2012-Presente)
Fernández, elegido en 2004,
estableció medidas de austeridad para desinflar el peso y sacar al país de su
crisis económica, y en el primer semestre de 2006, la economía creció
11.7 %, llevando el peso a descender hasta 28 pesos por cada dólar, aunque
esta mejoría no duró mucho y el peso se estabilizó en 34 por cada dólar. Su
administración se caracterizo por la construcción de grandes obras y las
reformas institucionales, pero también por el aumento de la inseguridad
ciudadana, los casos de narcotráfico, la corrupción administrativa y del
clientelismo político.
En las últimas tres décadas,
las remesas de los dominicanos residentes en
el extranjero, principalmente en los Estados Unidos, se han convertido cada vez
más importante para la economía. De 1990 al 2000, la población dominicana de
los EE.UU. se duplicó en tamaño, de 520,121 a 1,041,910, dos tercios de los
cuales nacieron en la República Dominicana. Más de la mitad de todos los
domínico-estadounidenses viven en Nueva York, con una mayor concentración en el
barrio de Washington
Heights en el norte de Manhattan. Durante la última década, la
República Dominicana se ha convertido en la principal fuente de inmigración
hacia Nueva York, y hoy el área
metropolitana de Nueva York tiene una mayor población
dominicana que cualquier otra ciudad, con excepción de la propia Santo Domingo.40 Las comunidades dominicanas también
se han desarrollado en Nueva Jersey (en
particular, Paterson), Miami, Boston, Filadelfia, Providence y Lawrence, Massachusetts. Además, decenas de miles de
dominicanos y sus descendientes viven en Puerto Rico. Muchos dominicanos llegan
a Puerto Rico ilegalmente por mar a través del Canal de la Mona, algunos para quedarse y
otros para pasar a los EE.UU. (ver Inmigración
dominicana a Puerto Rico). Los dominicanos residentes en el
extranjero enviaron un estimado de 3000 millones de $ en remesas a sus
familiares en el país, en el año 2006.41 En 1997, una nueva ley que entró en
vigor, permitiendo que los dominicanos residentes en el extranjero pudieran
retener su ciudadanía y ejercer el voto en las elecciones presidenciales. El
presidente Fernández, quien creció en Nueva York, fue el principal beneficiario
de esta ley.
Fernández fue sustituido por
su propio compañero de partido Danilo Medina en las elecciones presidenciales de 2012; Mejía,
quien iba como principal contrincante por el PRD, fue vencido por Medina en
primera vuelta.
Medina comenzó su mandato con
una serie de controvertidas reformas económicas y sociales a fin de hacer
frente a la situación fiscal dejada por la administración de Fernández, que a
pesar de una supuesta austeridad implementada por su gobierno, dejó un gran
déficit fiscal durante su último mandato ascendiente a más de 180,000 millones
de pesos dominicanos.
República
Dominicana
Gobierno de Danilo Medina
crece como ningún otro país
en América Latina, 5.2%. Al mismo tiempo es una sociedad más democrática,
revirtiéndose la tendencia de concentración de riquezas.
La fórmula para convertirnos en la economía
líder de la región ha sido instalar la inversión social como dinamizadora de la
economía. Esto, junto al manejo prudente y responsable de la economía.
Inversión
social, dinamizadora de la economía
El Gobierno ha aumentado las partidas
presupuestarias en salud, educación, vivienda, transporte, entre otros
sectores. A la vez, le ha dado más participación a los ciudadanos, en especial
a los micro, pequeños y medianos empresarios.
La asignación del 4 % del Producto Interno
Bruto (PIB) a la educación es muestra de ello. Las masivas construcciones de
aulas para implementar la Jornada Escolar Extendida dinamizan las economías
locales.
Mipymes suplen la alimentación de más de 1,
150,000 estudiantes incorporados a la nueva modalidad educativa que significa
una transferencia de renta a las familias de RD$80 mil al año por cada niño.
La redistribución de las riquezas también se
evidencia en la democratización del crédito. Ahora República Dominicana cuenta
con una banca pública para facilitar préstamos a personas con las que la banca
privada no corría el riesgo de prestarle, por carecer de garantías.
Esta labor se realiza a través de Banca
Solidaria, Banco Agrícola, Fundación Reservas del País y el FEDA.
Desde el 2012 a la fecha, Banca Solidaria ha
desembolsado RD$18,021 millones. Banco Agrícola ha prestado RD$80 mil
millones, Fundación Reservas del País RD$2,700 millones y el FEDA RD$10 mil
millones.
Otra muestra de democratización es la salud.
Ahora más dominicanos y dominicanas tienen acceso a servicios médicos. El 72 %
de la población cuenta con seguro y el 100% de los pobres está afiliado al
Régimen Subsidiado.
Prudente y
responsable manejo de la economía
Todos esos logros son fruto de un manejo
prudente y responsable de la economía. La historia de éxito de la gestión de
Danilo Medina también es producto de la frugalidad y la
reforma fiscal del 2012, unidas al dinamismo del turismo, las remesas,
agropecuaria y construcción.
Así lo revela el informe de enero-marzo de
2017, publicado por el Banco Central.
La agropecuaria creció 7.5%, construcción 7.2
% y comercio 5%, hoteles y restaurantes 6.6%. Igualmente, manufactura local 5.1
% y las actividades de intermediación financiera 8.5%.
Atractivo
destino para inversionistas
La solidez de la economía convierte a
República Dominicana es un destino sumamente atractivo para invertir. Nuestro
país captó el 49% de la inversión extranjera directa de la región del Caribe.
La inversión extranjera directa alcanzó
US$720.4 millones en el primer trimestre de 2017. Aumentó US$594.7 millones
adicionales respecto al mismo periodo de 2016.
Es consecuencia de incrementos de las
inversiones en actividades mineras, inmobiliarias, turísticas y comerciales.
Ejemplo de ello, son las habitaciones
hoteleras. Solo en este año se construyen 7,500. Al final del 2017, República
Dominicana va a tener 82,500.
Más empleos
formales
La expansión de estas actividades económicas
viene acompañada de más empleos formales.
En los últimos 4 años, los empleos formales
pasaron de 1, 713,114 a 2, 097,726. Ha estado creciendo a una tasa promedio
anual de 5%
El 84% de todos los nuevos empleos son
formales, unos 385 mil.
Este contexto favorece la ampliación del
acceso a la seguridad social. Los cotizantes a los planes de pensiones se han
incrementado a una tasa promedio anual de 6.6% entre 2012 y junio de 2017.
Pasaron de 1.3 a 1.8 millones de personas.
La incidencia de la pobreza multidimensional
disminuyó 11.8 puntos porcentuales en los últimos cuatro años. Bajó de 34.9% en
2012 a 23.1% en 2016.
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